Existe la falsa creencia de que la navegación en solitario es una actividad peligrosa y aburrida. Es exigente, claro, pero, en realidad, para el navegante puede ser una experiencia muy enriquecedora en muchos aspectos.

Las claves para navegar en solitario

Antes que nada, vamos a hablar de las cosas que deberás tener en cuenta antes de zarpar en solitario. Entre las más importantes están elegir bien tu embarcación, pensar bien cada decisión y seleccionar con cuidado el equipo.

Consejos para ir a navegar solo

 

  • Elige una embarcación fácil de gobernar. Ten en cuenta que tendrás que manejar todo tú solo: velas, timón…
  • Escoge un buen día para salir a navegar. Es preferible elegir un día con buen tiempo, aunque ya sabes que en cualquier momento podría cambiar.
  • Piensa bien cada acción. Ten en cuenta las posibles repercusiones de cada acción antes de hacer nada.
  • Tu equipo, tu seguridad. Haz un repaso, antes de salir a navegar, de todo lo que necesitas: chalecos, líneas de vida, teléfono por satélite…
  • No te olvides de comer y descansar. Cuando navegas solo es fácil olvidarte de descansar y hacer pausas para comer. Sin embargo, es fundamental tenerlo presente para evitar las repercusiones del cansancio y la falta de fuerzas. Debes estar bien descansado, alimentado e hidratado.
  • Comparte tu plan de navegación. Especialmente si haces recorridos largos, es recomendable compartir tu plan de navegación con alguien de tu confianza.

 

Los múltiples beneficios de navegar en solitario

Podemos afirmar que son muchos los beneficios que la navegación en solitario te proporciona: ayuda en tu toma de decisiones, aumenta tu autoestima, mejora tu capacidad de decisión e interviene en tu bienestar. Y aún hay más… ¡Sigue leyendo!

 

Si has navegado en solitario, sabes que la sensación de poder que da el sentirte capaz de gestionar los imprevistos de la navegación usando tus conocimientos y pericia es incomparable.

Navegar en solitario te ayuda en la toma de decisiones

La navegación en solitario te sitúa frente a tus capacidades. Esto te hará aumentar no solo el conocimiento que tienes de tu embarcación, sino también de ti mismo.

 

Es infrecuente que en tierra firme experimentemos la sensación de tener que tomar el control total en una situación. Sin embargo, cuando navegas en solitario sabes que eres el único responsable de lo que sucede en tu barco y de cada una de las decisiones que tomes. Tu autonomía es total. ¡Y no hay duda de que la recompensa que obtienes es proporcional a esa responsabilidad!

 

Al navegar en solitario, tu confianza y autoestima aumentan ante el desafío de tener que usar tus recursos en un medio en el que no todo está bajo tu control.

 

Navegar en solitario aumenta tu capacidad de concentración

 

Nos hemos acostumbrado a hacer varias cosas a la vez sin prestar realmente atención a ninguna de ellas por separado.

 

Sin embargo, una vez has zarpado, sabes que debes tener los cinco sentidos en cada detalle de la navegación. Esta necesidad de atención a cada aspecto del gobierno del barco y a cualquier reto que se pueda presentar va a favorecer tus niveles de concentración. Entrenar esta capacidad repercutirá en tu día a día, ya que con la práctica aprenderás a centrarte en una sola cosa y prestarle toda tu atención.

 

Una de las mayores satisfacciones que tenemos en la vida es la de enfrentarnos a los imprevistos y ser capaces de superarlos con éxito.

 

El bienestar y la terapia de la aventura

 

Si has navegado, lo sabes: sentir la brisa, el sonido del agua, la actividad física, alejarte de la vida diaria y la rutina… Todo ello libera endorfinas, nuestros niveles de ansiedad bajan y nuestro estado de ánimo mejora.

 

Por otra parte, se ha demostrado que los iones negativos de la brisa marina estimulan la renovación celular y equilibran nuestro sistema nervioso, al que ayudan también las propiedades calmantes del magnesio que contiene el agua de mar.

 

Otro de los beneficios psicológicos de la navegación en solitario es la sensación de aventura: no hay una travesía igual a otra. Navegar es sinónimo de libertad, y la libertad es aventura.

 

Conexión contigo mismo y con el medioambiente

 

Además de los beneficios psicológicos ya mencionados, uno muy importante es que la navegación en solitario te permite experimentar la sensación de comunión con tu propia soledad, el ser consciente y disfrutar de la paz que esta te proporciona.

 

Cuando navegamos en solitario, conectamos con el medio natural, con sus sonidos y animales, con los elementos… Esto nos ayuda a desarrollar una mayor conciencia medioambiental.

 

Además, cuando practicas la navegación sostenible y respetas las zonas protegidas te sientes más cerca de la naturaleza.

 

Y no olvides que apreciar la serenidad del silencio humano en un entorno natural ¡es algo

que no tiene precio!

 

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